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Ordeñan ductos... y vuelven por más

De 5,363 puntos de sustracción ilegal de combustible que Pemex detectó en 2014, 1,738 ya habían sido cerrados anteriormente; el ilícito creció un 161

Escrito en Guanajuato el
Ordeñan ductos... y vuelven por más

Las tomas clandestinas que Pemex clausura... el crimen las vuelve a reabrir.
Prueba de ello es que, de los 5 mil 363 puntos de ordeña ilegal que detectó la petrolera en 2014, mil 738 ya habían sido cerrados anteriormente y estaban de nuevo en operación.
Dicho fenómeno aumentó 161% respecto a 2013, cuando fueron 666 las tomas clandestinas que, pese a que ya habían sido clausuradas, fueron reabiertas por el crimen y Pemex tuvo que volver a cerrar.
Al momento de la clausura, la empresa corta el flujo de hidrocarburo, desconecta las mangueras que transportan combustible y pone capuchones para inutilizar las tomas ilegales.
Sin embargo, dicho capuchón sólo necesita ser segueteado para que los delincuentes vuelvan a robar el combustible.
Pero el crimen no sólo reutiliza los puntos de ordeña ilegales.
Aunque no da cifras, de acuerdo con Pemex, pipas cuyas válvulas ya habían sido alteradas para manipular el flujo de combustible, y que fueron corregidas, también han vuelto a ser amañadas por el crimen.
Detallan  robos

El año pasado, Pemex registró el mayor número de tomas de su historia y perdió 17 mil millones de pesos por este ilícito.
Este valor es más del doble de lo que perdió en 2013, cuando sumó 8 mil millones de pesos.
Al indagar los mecanismos que utiliza la delincuencia organizada, se detectó que no sólo se roban combustibles a través de tomas clandestinas sino que también con las pipas de Pemex.
Fuentes de Pemex indicaron que quienes operan las pipas retiran la soldadura a la escotilla de la parte superior del tanque y que protege un flotador.
En una operación correcta, este instrumento refleja el volumen real de despacho de gasolina, pues se eleva en cuanto el autotanque está por llenarse.
Sin embargo, cuando se quiere alterar el volumen de combustibles, el flotador se retiene con un alambre para que marque más litros de los que están realmente dentro de la pipa.
Otra forma es a través de las válvulas que se encuentran en la parte inferior, por donde se inyecta el combustible.
Éstas se alteran para que tengan mayor tolerancia al flujo y registren menos litros de los que se están entregando.
Por último, dentro de la misma salchicha, se pueden colocar rompeolas, trabes que almacenan de 150 a 200 litros que se separan para posteriormente comercializarlos.
Este mecanismo es una especie de robo hormiga, considerando que cada pipa tiene capacidad para 20 mil litros.
Actualmente, Pemex posee mil 360 autotanques para el transporte de hidrocarburos más el arrendamiento de otros vehículos a través de transportistas particulares.
En el caso de los ductos -donde Pemex detectó 3 mil 635 tomas clandestinas nuevas en 2014 y otras mil 738 reabiertas- la empresa encuentra la conexión ilegal y la aísla, aunque no retira el niple que se instaló para sustraer los combustibles.
Pemex cubre este aditamento con un capuchón para evitar que se utilice nuevamente, pero con frecuencia se corta con una segueta y se reactiva la ordeña.
Reparar una toma tiene un costo de entre 120 mil y 250 mil pesos, según Pemex.

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