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Aprenden a emprender

El programa Pro Empleo se ha convertido en una escuela de emprendedores. Los alumnos, de distintas edades y niveles socioeconómicos, aprenden mercadot

Escrito en Guanajuato el
Aprenden a emprender

La creación de nuevas empresas, y el mantenimiento de las ya instaladas, requiere de esfuerzo, paciencia y sobre todo de organización y apoyo.
En Pro Empleo hay 3 asesores que ayudan a los emprendedores y empresarios con sus proyectos, para que estos no se queden en el camino, y puedan sobrepasar la barrera de 2 años, tiempo decisivo para las empresas de nueva creación.
Primer obstáculo:la mercadotecnia

El mercadólogo Hiquíngari Alcántar es asesor de Finanzas y Mercadotecnia, áreas indispensables para que los alumnos puedan entrar y continuar por el camino del emprendimiento.
La parte en la que los empresarios se detienen o batallan más, es en la mercadotecnia, desde la investigación, hasta le esencia de la marca.
“A la hora de aterrizar las ideas, es donde se sesga mucho el conocimiento o la importancia como tal, en cuanto a la estructura. Muchas veces no le dan importancia en crear una misión, una visión, sus valores básicos de la organización o el proyecto y de ahí en más de su persona, a pesar de que puede ser una persona, deben verse como empresarios.”
Uno de los pasos más importantes en el proceso es que los emprendedores se sientan empresarios desde que comienzan con su producto, así como invertir en publicidad y empleados.
“Deben de tener una empresa sólida, con un nombre de marca, invertir en publicidad, invertir en toda su estructura, invertir también en su personal, en motivación, en capacitación. Muchas veces prefieren que la persona tenga menores conocimientos, pero más experiencia, pero no, invertirle a tu gente en mayor conocimiento da para más a tu misma empresa.”
Segunda traba: costos

El área de finanzas es en la mayoría de las veces toparse con pared, debido a que los costos finales del producto o servicio, distan mucho a ser los que ellos manejan.
“Entra la complicación, se encuentran con la realidad de que desconocen el punto de precio de su producto, consideran la parte de los insumos, pero no la intelectual, la inversión, el tiempo; desconocen su punto de equilibrio y cuánto deben costar sus productos tanto directo como indirecto.”
Tener una idea, y llevarla a cabo, no es tan fácil como suena, pero para no hacerlo complicado, existen asociaciones o incubadoras que pueden ayudar a hacer crecer el negocio.
“Cuando un emprendedor se lanza solo al mercado, sin ninguna asesoría o respaldo de alguna incubadora o asociación, truena. Muchas veces no te asegura el éxito, pero sí te encamina, te da el fortalecimiento, la información, las bases para decir de dónde partes.”
Un grave error:
no saber administrar

Susana Alonso Muñoz, también es asesora empresarial, y con la experiencia que ha tenido frente a los diferentes grupos de emprendedores en Pro Empleo, sabe cuáles son los principales errores a los que se enfrentan.
“Muchas personas tiene cualidades, saben hacer cosas, pero no saben cómo hacerlo rentable, la mayoría es la parte de cómo empezar, tienen la idea, y dentro de ese cómo empiezo tiene que ver con capital, el invertir y los permisos legales, además de la administración. Saben a quién venderle, pero después no saben qué hacer con el dinero que ingresa”.
Para solucionar el problema de administración se recomienda hacer un plan de negocios, con ideas claras de qué es lo que se quiere vender, y cómo se hará crecer la empresa.
Conocer el mercado

La también asesora, Rubí Zamora, coincidió en que el trabajo de investigación de mercados es importante para que los empresarios no se ‘atoren’ en el camino y la idea que tienen en mente pueda llevarse a cabo.
“En algunas de las ocasiones el emprendedor va más por la corazonada que por los datos fríos que nos ayuda la investigación. Al principio sí es mucho de ‘yo creo y yo pienso’, y después es mucho más sencillo que sepan que no se van a vender ellos mismos, van a vender un producto”.
Los errores pueden disminuirse gradualmente o de tajo, de acuerdo a la fidelidad del mercado. Sin embargo, estar en una incubadora de empresas o asociación proporciona herramientas de administración interna.
“Le da un respaldo de expertos instructores y consultores, y un seguimiento para que la empresa no muera en los siguientes dos años.”

Transformandesechos en dinero

El aceite vegetal desechado en las cocinas se puede transformar en dinero.
Esa es la visión que tuvieron tres emprendedores para iniciar su empresa Sover, especializada en recolección y reciclaje de aceite vegetal usado, el cual obtienen de cualquier comercio de preparación de alimentos, desde restaurantes, hoteles y comedores industriales.
El aceite que recolectan tiene dos salidas: o lo comercializan o lo procesan como biocombustible, aditivos para la curtiduría o plastificante secundario para PVC.
La empresa, que inició hace cuatro años como proyecto escolar, es dirigido por Kristan Gómez Juárez, quien inició la idea y ahora se encarga de la comercialización; Noé Hernández Cervantes como gerente operativo y Juan Carlos Muñoz González al frente de la mercadotecnia.
Con el avance en su proyecto, había áreas en la que tenían fallas constantemente, por lo que optaron por incubar su negocio en Fundación ProEmpleo. A partir de ahí, terminaron las cuatro fases que se deben de cursar y de esa manera pudieron organizar y tener un mejor control de todas las áreas que requiere su empresa.
Una de las áreas que más conflicto les causaron fue la financiera, desde la administración del dinero, hasta el verdadero valor del producto.
“Empecé a ir a consultorías y te das cuenta de que un plan de negocios cambia, nosotros hemos cometido varios errores, sobre todo lo administrativo, también que queríamos hacer todo a la vez y no podíamos enfocarnos en una sola cosa”, dice Gómez Juárez.
Su gama de productos consta de 12 para limpieza, dos aditivos y biocombustible.

Corrige rumbo en ventas

Las incubadoras no sólo apoyan y asesoran a emprendedores para que inicien con su negocio, también ayudan a las empresas que están ya establecidas.
Este fue el caso de Fabiola Alcalá, quien tiene ya 12 años en el mercado como comerciante de productos de belleza, en específico para uñas de acrílico.
Algo no estaba bien con el negocio y por poco lo cerraba.
La comerciante, con la experiencia que tenía, se negaba a dejar el trabajo que por tanto tiempo le había dado de comer y un patrimonio para su familia, por lo que entró a ProEmpleo para que la asesoraran sobre las acciones que podría tomar.
De tres locales con los que contaba en la zona Centro, decidió cerrar uno, porque no estaba siendo rentable, pero en los que aún tenía, implementó estrategias de comercialización que le fueron enseñadas para poder aumentar las ventas.
A sus 40 años, y con más lecciones aprendidas y enseñadas en el ámbito de los negocios, Fabiola está pensando en poner su propia fábrica de plásticos, material que aprendió a utilizar y manipular por herencia de sus padres.

Su negocio: vender ideas

Rodrigo Exiquio López, de 53 años, tiene 18 oficios y es inventor.
La empresa que desarrolla en Pro Empleo se llama Rex Serv, y más que ofrecer productos, vende soluciones e ideas.
Gracias a que en su juventud tuvo múltiples trabajos, tiene la facilidad de pensar en el desarrollo de artefactos nuevos que tengan utilidad y ayuden a sobrellevar las actividades del día a día.
Su proyecto comenzó hace cuatro años, cuando se encontraba sin trabajo y buscaba una manera de subsistir sin tener competencia, y en algo que le diera ganancias a largo plazo.
Uno de sus inventos tiene ocho funciones, entre ellas escalera, silla, tabla con llantas y diablito, producto que pensaba comenzar a vender.
En la Asociación ProEmpleo, recibió asesoría para que mediante la mercadotecnia, finanzas y ventas, pudiera administrar sus inventos y organizar sus ideas, así como vincularse con otras dependencias que le ayudaran a darle empuje a sus nuevos productos.
“La primera idea que tuve y que hice ya, está en proceso de patentarse para que se pueda vender, fabricar en serie, y que a mí me paguen no por mi producto, sino por mi idea, y que periódicamente me estén dando regalías”.
Los clientes en otras partes de Guanajuato e incluso de la república no han faltado, pero Rodrigo no puede ni vender, ni mostrar al público su invento, por el proceso que está llevando a cabo.

Creamarroquineríade lujo

Pedro Valadez creó Khenia, una empresa de marroquinería mexicana de lujo, con el uso de pieles e insumos nacionales.
El emprendedor inició su proyecto hace ocho meses, pero decidió entrar a ProEmpleo para que pudieran asesorarlo sobre el rumbo que su negocio debería tomar de acuerdo a sus necesidades.
“Fue muy útil asesorarme, porque yo ya sabía qué era lo que quería para mi negocio, pero no sabía para dónde seguir el camino, entonces fue como saber para dónde voy y darme herramientas para llegar”, dijo Pedro.
A la fecha, hay 4 personas trabajando con él. Su empresa implementó ya departamentos de diseño y contabilidad. Él supervisa directamente que las pieles sean la adecuadas para poder trabajar sobre las bolsas y carteras que fabrica.
En septiembre próximo, cuando Khemia cumpla un año, Pedro tendrá la oportunidad de exponer sus productos en Sapica, gracias a la vinculación que la asociación le dio y el seguimiento al que es sometido.

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