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¿Qué hay en la superficie de un agujero negro?

Hipótesis se alejaría de la actual teoría y corriente principal que sostiene que los agujeros negros tienen 'cortafuegos' que provocan que todo objeto

Escrito en Guanajuato el
¿Qué hay en la superficie de un agujero negro?

En un artículo publicado en línea en arXiv, Mathur rechaza la teoría de los cortafuegos, y demuestra matemáticamente que los agujeros negros no son necesariamente árbitros de la fatalidad. De hecho, afirma, el mundo podría ser capturado por un agujero negro, y ni siquiera nos daríamos cuenta.

Hace más de una década Mathur utilizó los principios de la teoría de cuerdas para demostrar que los agujeros negros en realidad son bolas enredadas de cuerdas cósmicas. Su teoría de “bola de pelusa” ayudó a resolver ciertas contradicciones sobre la concepción de los físicos sobre los agujeros negros, según el sitio web de cienciaaldia y actualidad rt en su sitio web.

No obstante, recientemente, cuando un grupo de investigadores trató de basarse en la teoría de Mathur, llegó a la conclusión de que la superficie de la bola de pelusa es en realidad un cortafuegos.

Según la teoría de cortafuegos, la superficie de la bola de pelusa es mortal. De hecho, la idea se llama “teoría de cortafuegos” porque sugiere que todo lo que toque literalmente encontrará una muerte ardiente.

Mathur y su equipo también han estado ampliando su teoría de bola de pulasa, y han llegado a una conclusión completamente diferente. No ven a los agujeros negros como asesinos, sino más bien como una especie de “fotocopiadoras” benignas. Creen que cuando la materia toca la superficie de un agujero negro se convierte en un holograma – una copia casi perfecta de sí misma que sigue existiendo como antes.

En “casi perfecta” está la polémica. Hay una hipótesis en la física denominada complementariedad, que fue propuesta por primera vez por el físico Leonard Susskind de la Universidad de Stanford en 1993. La complementariedad requiere que cualquier holograma creado por un agujero negro sea una copia perfecta del original.

Matemáticamente, los físicos de ambos bandos de este nuevo debate entre la bola de pelusa y el cortafuegos han concluido que la complementariedad estricta no es posible: en la superficie de un agujero negro no se puede formar un holograma perfecto.

Mathur y sus colegas se sienten cómodos con la idea, porque desde entonces han desarrollado un modelo modificado de complementariedad, en el que suponen que se forma un holograma imperfecto.

Los defensores de la teoría de cortafuegos adoptan una postura de todo o nada para la complementariedad. Sin la perfección, dicen, sólo se puede encontrar una muerte ardiente.

Con su último estudio Mathur responde que él y sus colegas han demostrado matemáticamente que una complementariedad modificada es posible.

No es que los defensores de la teoría de cortafuegos hayan cometido algún tipo de error matemático, explica Mathur, sino que los dos grupos basaron sus cálculos en supuestos distintos, por lo que obtuvieron respuestas distintas. Un grupo rechaza la idea de la imperfección en este caso particular, mientras que el otro la acoge.

La imperfección es un tema común en la cosmología. El famoso físico Stephen Hawking ha dicho que el universo es imperfecto desde los primeros momentos de su existencia. Sin una dispersión imperfecta del material creado en el Big Bang, la gravedad no habría sido capaz de reunir a los átomos que forman las galaxias, las estrellas, los planetas y nosotros.

Esta nueva disputa entre la bola de pelusa y el contrafuegos se centra en si los físicos pueden aceptar que los agujeros negros son imperfectos, al igual que el resto del universo. “No existe un agujero negro perfecto, porque cada agujero negro es diferente”, explica Mathur.

Su comentario se refiere a la resolución de la “paradoja de la información”, un debate de larga data en el que Hawking finalmente admitió que el material que cae en un agujero negro no se destruye, sino que se convierte en parte del agujero negro.

El agujero negro cambia permanentemente por la nueva adición. Esto significa que cada agujero negro es un producto único de la materia que recibe.

Las implicaciones de la controversia entre la bola de pelusa y el cortafuegos son profundas. Uno de los principios de la teoría de cuerdas es que nuestra existencia en tres dimensiones, o cuatro si se cuenta el tiempo, en realidad podría radicar en un holograma sobre una superficie que existe en muchas dimensiones más.

“Si la superficie de un agujero negro es un cortafuegos, entonces la idea del universo como un holograma tiene que estar equivocada”, dice Mathur.

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