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González Iñárritu, un "niño latoso" que ganó tres premios Oscar

En entrevista de hace cinco años, el director expresó que en su infancia era un "niño latoso" y sufría de déficit de atención. Comenzó su carrera en 1

Escrito en Guanajuato el
González Iñárritu, un "niño latoso" que ganó tres premios Oscar

Cuando niño, en la escuela, Alejandro González Iñárritu era considerado un "pinche niño latoso", según sus propias palabras. 
Padecía de síndrome de hiperactividad, pero en ese entonces no existía aún el término médico. 
"Tenía déficit de atención", dijo en 2009 a EL UNIVERSAL, en una entrevista. 
Ayer domingo, el realizador de 51 años, ex estudiante de comunicación en la Universidad Iberoamericana, ganó con su película "Birdman" el Oscar a Mejor Película, Mejor Director y Mejor Guión. 
El director empezó su carrera profesional en 1986 como DJ en la emisora WFM (96.9 FM), al lado de Martín Hernández, quien recuerda unos años con mucha música y pizza. 
Estudió cinematografía en Maine bajo la supervisión de Ludwik Margules y en Los Angeles bajo la de Judith Weston. 
En los noventas ya estaba a cargo de la producción de Televisa y en su foja contaba con ser organizador de conciertos masivos, como el de Rod Stewart en Querétaro. 
Nada que ver con aquel jovenzuelo que un día fue despedido de un rancho tejano, donde había sido contratado para quitar la hierba, pero que al ser descubierto dormido, fue echado. 
O con aquella persona que durante un año y con mil dólares en el bolsillo, vivió en Europa y Marruecos. 
"Ese año me dio mucha calle y vida", expresó. 
Con Guillermo Arriaga formó una dupla durante tres películas, siendo "Amores perros", su ópera prima, ganadora en Cannes y nominada al Oscar en la categoría de Película en Lengua Extranjera. 
Con "Amores perros" siempre tuvo la humildad de tararear canciones para poner a punto a los actores, narró en su momento la actriz Vanessa Bauche. 
Aún ahora es capaz de meterse al set para él mismo arreglarle el cabello a los actores y tener la puesta en cámara lista. 
González Iñarritu es, también, alguien que puede llamarle a su representante a las tres de la mañana para informarle algo o bien, darle una idea que debe hacerse. 
"Para mi la irreverencia forma parte de una actitud vital que está en constante lucha contra la conformidad de quienes quieren o dicen que las cosas se hacen de una sola manera o de que así son". 

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