El Papa Francisco denunció ayer domingo a “las grandes potencias” del mundo por no haber actuado cuando recibieron informaciones de que judíos, cristianos, homosexuales y otros eran transportados a campamentos de exterminio en Europa durante la Segunda Guerra Mundial.
También, Francisco condenó la muerte de cristianos en gulags en Rusia durante la dictadura estalinista, que sucedió a la guerra.
El Papa habló sin libreto durante un encuentro con jóvenes en la ciudad italiana de Turín, en el Piamonte, cuando les dijo que comprendía bastante bien el motivo de su desconfianza.
“Las grandes potencias tenían fotografías de las rutas ferroviarias que los trenes tomaban rumbo a Auschwitz para matar judíos, cristianos, homosexuales, de todo”, dijo Francisco sobre el campamento de exterminio en Polonia. “¿Por qué no bombardearon vías?”, se preguntó.
Refiriéndose a los gulags en Rusia, el Papa argentino se lamentó del sufrimiento y muerte de cristianos.
Deplorando el cinismo de los líderes mundiales en las décadas de 1930 y 1940, Francisco dijo que “las grandes potencias mundiales dividieron Europa como un pastel”.
También se refirió a “la gran tragedia de Armenia”. “En el siglo pasado, millones de armenios murieron”, agregó. “Sin embargo, ¿dónde estaban en ese entonces las grandes potencias? Se estaban haciendo de la vista gorda”.
En abril pasado, el Papa disgustó a Turquía cuando calificó de “genocidio” la matanza de armenios a manos de turcos otomanos.
En el mundo de hoy, dijo el Papa Francisco a los cientos de jóvenes que lo acompañaron durante su mensaje, “todo se hace por dinero” y criticó a quienes propugnan por la paz y a la vez fabrican o venden armas.
El Papa Francisco reiteró su posición de que los conflictos en el mundo de hoy equivalen a “una Tercera Guerra Mundial en segmentos”.
Visita  iglesia  de  sus  abuelos

En una escala no prevista, Francisco visitó la iglesia en Turín donde sus abuelos paternos se casaron en 1907 y donde, un año después, fue bautizado su padre, Mario.
Según la agencia noticiosa ANSA, el religioso Giustizio Zoppi dijo que el Pontífice argentino depositó un florero con un ramo de rosas rojas sobre el altar y pidió una silla para poder sentarse allí en silencio durante unos minutos.
“No le pedimos que viniera, sino que él lo quiso”, afirmó Zoppi.
Hoy lunes, antes de regresar a Roma, el Papa comerá en Turín con algunos de sus antepasados que viven en el Piamonte.

Por Agencia AP

Escrito en Guanajuato el 22/6/2015 · 00:00

Associated Press es una organización de noticias global independiente dedicada a informar hechos.