El protagonista de la película se llevó ayer dos estatuas.
Joaquín Gamboa Pascoe, jerarca de la Confederación de Trabajadores de México (CTM), fue ovacionado por las huestes obreras con matracas y porras. Y junto con su efigie de 2.70 metros y 198 kilos de peso, su figura de carne y hueso resplandeció bajo los flashes y reflectores que bañaron la escena.
A sus 92 años, Gamboa Pascoe es el único líder que en vida pudo contemplar una estatua suya en la sede de Vallarta 8, contigua al Monumento a la Revolución.
Y si la escena resultó imperfecta, don Joaquín fue agasajado con una estatuilla réplica de la estatua que a partir de ayer martes 24 de febrero preside el vestíbulo de la central obrera.
Como si fuera un Oscar, cuando terminó el desayuno, Gamboa Pascoe recibió la estatuilla de manos de un trabajador de Chrysler, sindicato que donó 470 mil pesos para que el coahuilense Erasmo Flores esculpiera la monumental estatua.
Ante la algarabía de las huestes cetemistas, Gamboa Pascoe develó también la remozada estatua de 4.80 metros de altura de Fidel Velázquez bajo una lluvia de papelillos rojinegros.
“En la CTM vivimos con nuestros muertos, no los olvidamos”, sentenció el líder.
Gamboa Pascoe se hizo primero el remolón cuando se enteró de que sus huestes le preparaban un homenaje con todo y estatua.
El hecho es que el Secretario general de la CTM recibió no una sino dos estatuas.
“Estupenda”, exclamó el jerarca en el instante en que cientos de papelillos rojinegros caían sobre la figura de aleación de bronce.

Por Redacción AM

Escrito en Guanajuato el 25/2/2015 · 00:00