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Surrealismo puro

Paisajes mágicos y extravagantes dignos de una pintura de Dalí, delirantes antojitos y pobladores que comparten su riqueza, así es Xilitla.

Escrito en Irapuato el

Siete serpientes perfectamente alineadas, inmóviles, vigilan los primeros pasos que dan los curiosos al internarse en los sueños que Edward James materializó en la Huasteca potosina.
Cubiertas por lama, son esculturas que representan los pecados capitales y una parte de la treintena de piezas que el mecenas británico, amigo de artistas como Salvador Dalí, Remedios Varo o Leonora Carrington, construyó entre los años 60 y 80 del siglo pasado, en el terreno de una vieja plantación de café.
Ahora conocido como Jardín Escultórico Las Pozas, el proyecto del adinerado y excéntrico don Eduardo -descrito así por Obed Zumaya, guía de la excursión-, cada año recibe a más de 80 mil visitantes de todo el mundo.
Presas del vértigo y envueltos en el húmedo calor de la selva, los exploradores suben por escaleras de caracol que se levantan hacia el cielo y no llegan a ninguna parte; encuentran plantas tornasol, cruzan puentes, arcos, puertas y aprovechan los rincones a la sombra de estas edificaciones para recobrar el aliento.
El británico llegó a México en los años 40 buscando orquídeas para cultivar y en el camino conoció a Plutarco Gastélum, su gran amigo. Sin embargo, esta idea fracasó en 1962 cuando una helada destruyó gran parte de la plantación, entonces dio rienda suelta a su mundo de cemento, varillas y símbolos.
Sin arquitectos o ingenieros, don Eduardo proyectó cada rincón y empleó albañiles de la zona. Intencionalmente, muy pocas obras están terminadas.
“Lo que quería cuando él muriera es que esto se lo comiera la selva para devolvérselo a la naturaleza”, cuenta Obed.
Pero eso no pasará, por lo menos no pronto. El legado de James fue declarado Monumento Artístico por el Instituto Nacional de Bellas Artes en 2012 y desde 2007 la Fundación Pedro y Elena Hernández, A. C., con el gobierno de San Luis Potosí y Cementos Mexicanos, trabaja constantemente en labores de conservación. Uno de sus objetivos más recientes es restaurar el jardín botánico a su concepción original.
El recorrido fantástico se antoja interminable. Pero cuando la temperatura aumenta, si no hay tiempo de sumergirse en el agua de las pozas, lo mejor es acercarse a la cascada y dejarse refrescar por su brisa antes de encaminarse hacia otro rincón que cautiva: el pueblo de Xilitla.

Pura magia

36
Esculturas construyó James hasta su muerte, en 1984.
9
Cuernos de la abundancia se encuentran entre las piezas.
30
Hectáreas de jungla tropical mide el terreno de este jardín.
7
Serpientes  de piedra representan los pecados capitales.

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