No fue una casa, ni un “moche”. Fue un Rólex, ropa de diseño para su mujer y el banquete de bodas de la boda de su hija lo que terminó con la carrera y la libertad del ex gobernador de Virginia, Robert McDonnell.
Otrora estrella ascendente del Partido Republicano de EU, con posibilidades de entrar a la carrera presidencial de 2016, hoy enfrenta dos años de cárcel tras renunciar a su cargo envuelto en uno de los escándalos de corrupción más sonados el año pasado.
No fue necesario grabarlo en video. Una investigación del FBI demostró que McDonnell aceptó obsequios del millonario Jonnie Williams, CEO de la compañía de suplementos alimenticios Star Scientific, donante de su campaña y amigo de la familia.
Los regalos incluyen un reloj Rólex de 6 mil dólares; 15 mil dólares en comida y ornamentos para el banquete de boda de su hija; y otro tanto en ropa para su mujer durante una visita a Nueva York en 2011 en la que la señora compró zapatos, un bolso y un vestido con cargo al empresario.
El monto del botín palidece frente a los escándalos de corrupción mexicana, pero para la Fiscalía estadounidense constituye un caso grave de corrupción y tráfico de influencias.
Se encontró que los regalos no fueron declarados como “donaciones” (como exige la ley para lo que supere 50 dólares), y que se incurrió así en un delito de fraude y tráfico de influencias.
En una relación personal que el ex gobernador describió como de “amigos”, McDonnell habría ayudado al empresario a promocionar un producto de su empresa, un suplemento dietético llamado Anatabloc que ha tenido problemas con la Food and Drug Administration (FDA).
No le otorgó jugosos contratos públicos. El apoyo del político se habría limitado a recomendar las pastillas en su entorno personal y profesional, así como organizar reuniones con autoridades sanitarias y universitarias para promocionarlo y darle respaldo de autoridades médicas.
El citado Rólex fue entregado en agosto de 2011, dos semanas después de tuviese lugar uno de los encuentros.
Durante dicho evento, la esposa del Gobernador habría hecho notar personalmente que a su marido le quedaría muy bien un Rólex como el que llevaba puesto el empresario, según relataron testigos presenciales.
La honestidad de la familia McDonnell había sido cuestionada antes, cuando se supo que la familia había incluido en los viáticos de la residencia oficial productos como bebidas energéticas o comida para mascotas