El deporte y su hija Renata son dos bendiciones que tiene la instructora Mary Ibarra y las disfruta día a día, pero cuando hay una fecha especial como la del 10 de mayo, es doble la satisfacción para su causa.
Ayer, en el Día de las Madres, Mary Ibarra nos compartió parte de su labor como profesora de Zumba y también la de ser madre, actividades que considera como bendiciones porque sin ellas, no sería quien es actualmente.
Durante los últimos meses, Mary Ibarra se ha significado como una de las profesoras más destacadas en el municipio y la región; tiene varios grupos de señoras que aprenden los ejercicios para mantenerse saludables.
“Es bonito cuando llegas a una clase y la gente se entrega en los ejercicios, uno como instructor siempre tiene que dar lo mejor, es como si fueran tus hijos porque hay que cuidar la clase a fin de que sea adecuada”, dijo la maestra.
Para Mary, el Zumba es vital para su vida por ello, adora ese deporte y todo lo que lo rodea, al grado que se siente como una madre para cualquiera de sus alumnas pues también les da consejos para mantenerse en buen estado físico y mental.
“Cuando llego a la casa, me espera otra gran bendición que es mi hija Renata Maldonado, de apenas 6 años de edad, ella es una motivación extra para mí, por ello la fecha del 10 de mayo es sumamente importante”, agregó.
La instructora nos reveló que “con mi niña, paso ratos agradables todos los días, se ha convertido en mi mano derecha porque acostumbra a ir conmigo a las clases con mis alumnos y eso para mí es motivante”.
Sus dos años al frente de grupos de Zumba, le ha enseñado a Mary que una maestra debe ser como una madre, porque aprende a escuchar a sus alumnas y les da lo que ellas piden en cuanto a ejercicios se refiere.
“Siempre estoy ahí para apoyar a las señoras que llegan con ganas de bajar de peso, otras que buscan sentirse mejor físicamente y ahí seguimos apoyándolas, junto a mi Renata que también se involucra en mis clases y eso me motiva a seguir en este bonito ambiente”, terminó la profesora.