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Refinamiento y brutalidad

El Camaro Convertible llega a México en una versión con nivel de equipamiento SS, motor V8 y transmisión automática de ocho velocidades.

Escrito en Irapuato el
Refinamiento y brutalidad

El Chevrolet Camaro al fin tiene una versión descapotable en México, la cual ofrece a sus ocupantes más sensaciones que el Coupé. Solo se ofrece en el nivel de equipamiento SS, con V8 y transmisión automática de 8 velocidades.

El toldo de lona es muy bajo, con el fin de replicar la apariencia del coupé. Como resultado entra poca luz al interior, pues las ventanillas laterales son pequeñas y la ventana trasera de cristal con desempañador es muy angosta.

El toldo es multicapa y ofrece buen aislamiento térmico y acústico aún a velocidades de carretera.

La estructura del Camaro convertible es muy sólida; en contraste, existen algunos convertibles que sufren de vibraciones excesivas y flexión. La única diferencia que muestra contra su hermano coupé al pasar por baches grandes es una muy ligera vibración en el parabrisas. 

En 11 segundos el techo se abre por completo después de realizar un ballet automatizado en el que participa una cubierta dura, la cual da un aspecto más limpio al auto. Si se desea abrir o cerrar el techo sin detenerse, esta operación se puede realizar a velocidades menores a los 45 km/h.

El techo se puede abrir desde el exterior con el control remoto, lo cual es útil cuando se ha dejado estacionado bajo el sol, pues el calor del interior escapa rápidamente, además de que es más fácil subir al auto.

Al abrir el techo mejora la visibilidad para los ocupantes y el manejo de turbulencia y niveles de ruido es bueno, pues es posible conversar sin gritar por velocidades debajo de los 130 km/h.

Subir los cristales con el techo abierto ayuda a reducir el ruido y corrientes de viento y hasta permite disfrutar el radio y aire acondicionado.

Por otra parte, acelerar a fondo es muy recompensante, pues el sonido del motor con el techo abierto se escucha más claramente.

La versión convertible trae consigo algunos sacrificios, pues el asiento trasero es más angosto y su respaldo es más vertical que el del Coupé y con el techo abierto la capacidad de la cajuela se reduce de 254 a 198 litros.

El manejo es brutal, pero más amigable que el modelo previo. Este convertible ofrece velocidad y emoción, pero a la vez se siente cómodo.

El Camaro Convertible deja en claro lo mucho que se ha refinado el “Muscle Car”, pues ha aprendido modales que le permiten hacer compañía a autos europeos deportivos.

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