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Diminuye el consumo de los refrescos

El consumo de media lata de refresco en cada comida durante dos semanas incrementa los factores de riesgo de enfermedades cardiovasculares.

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Diminuye el consumo de los refrescos

El consumo de media lata de refresco en cada comida durante dos semanas incrementa los factores de riesgo de enfermedades cardiovasculares como los niveles de colesterol y ácido úrico, sostuvo Kimber Stanhope, investigadora de la Universidad de California.
Stanhope presentó los resultados de su estudio "El consumo de fructosa y jarabe de maíz de alta fructosa aumenta los triglicéridos postprandiales, colesterol LDL y apolipoproteína-B en hombres y mujeres jóvenes".
Para demostrar la respuesta del organismo ante el consumo de refresco, los participantes en el experimento consumieron media lata de refresco en cada comida (60 gramos de azúcar al día) y, tras dos semanas, presentaron aumento en los niveles de colesterol de baja densidad, proteína apoliptina B y ácido úrico.
Stanhope explicó que el alza en estos indicadores provoca arterioescleriosis, que a su vez deriva en enfermedades cardiovasculares e infartos.
La investigadora destacó que en los últimos años se han publicado estudios que contradicen estos resultados y sostienen que el consumo de azúcar no representa daños a la salud.
Sin embargo, advirtió que se trata de investigaciones financiadas por la industria del azúcar, lo que implica conflicto de interés.
Por otro lado, Juan Rivera, investigador del Instituto Nacional de Salud Pública, destacó que las bebidas azucaradas aportan el 70 por ciento de los azúcares adicionados que los mexicanos consumen.
"Las bebidas azucaradas tienen una alta carga glicémica, como tienen mucha azúcar, hacen que la insulina se eleve para disminuir el nivel de glucosa en sangre, las células beta (productoras de insulina) tienen que trabajar mucho y eso lleva a su disfunción, un día simplemente ya no trabajan y es cuando viene la diabetes", explicó.
Además de la resistencia a la insulina y la disfunción de las células beta, el consumo de refresco provoca ganancia de peso, inflamación, hipertensión, adiposidad visceral, hígado graso y dislipidemia, de acuerdo con el investigador.

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