Cuando el pasado 13 de junio Anthony Palmer y Michelle Hallse preparaban para convertirse en marido y mujer en Knoxville, Tennessee, Estados Unidos, no se imaginaron que cederían parte de su protagonismo ese gran día a la pequeña Anderson de 4 años, la hija de Hall.

Vestida también de blanco, ella era la niña de las flores y su papel era el de acompañar al altar a Ikey, el niño de los anillos, pero para ella aquel día suponía mucho más que la boda de su madre.

"Anderson estuvo llamándose a sí misma 'novia' todo el día” cuenta la fotógrafa de la boda, Leah Bullard. Por eso cuando llegó la hora de las fotos y Bullard animó a los novios a besarse, la niña, naturalmente, pensó que la fotógrafa se refería a ella.

De esta manera, la pequeña se inclinó y besó el portador del anillo, de la misma forma en que su madre y su padrastro, dando lugar a una foto de lo más simpática.

Bullard dijo que todos los invitados a la fiesta nupcial estallaron en carcajadas ante la ocurrencia de la niña y cuando la fotógrafa trató de tomar una nueva instantánea, la niña volvió a pensar que era ella la que tenía que besar a Ikey y le plantó otro beso en los labios, ha contado Bullard al Detroit Free Press.

"¡Era mi boda también!", ha explicado Anderson al canal de televisión estadounidense WBIR. "Cuando mamá se besó con Anthony, Ikey y yo nos besamos", relata con la mayor naturalidad del mundo.

"Fue el mejor portador de los anillos de la historia, y él me dijo que pensaba que yo era la mejor niña de las flores. Somos los mejores amigos", dice con toda soltura.

Por Redacción

Escrito en León el 20/6/2015 · 00:00