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"Soy uno de vosotros", dice el Papa a los fieles

Católicos de todo el mundo lo acompañaron ayer a su tradicional audiencia de los miércoles.

Escrito en Opinión el

La Plaza de San Pedro, en el Vaticano, se cimbró hasta el “último rincón del mundo” cuando los fieles vieron aparecer la figura del carismático Papa Francisco, en la audiencia pública que se llevó a cabo la mañana de ayer.
El Pontífice mostró una vez su gran encanto y humildad al decir: “Todos somos iguales ante Dios y yo soy como uno de vosotros”.
En una Plaza de San Pedro abarrotada, saludó a los peregrinos de lengua española, en particular a los grupos provenientes de México, España, Argentina, Bolivia, Colombia y los demás países latinoamericanos.
“Pidamos al Señor que, animados por su Espíritu, seamos siempre piedras vivas de su Iglesia. Muchas gracias”, señaló en su mensaje.
Desde las 6 de la mañana comenzaron a llegar los peregrinos y pacientemente esperaron cuatro horas, hasta las 10 de la mañana, para asistir a lo que fue la última audiencia pública del Papa antes de iniciar sus vacaciones de verano, para luego viajar del 22 al 29 de julio a Brasil, con motivo de la Jornada de la Juventud en Río de Janeiro.
Antes, el Papa encabezará este fin de semana la ceremonia en que impondrá el palio a 35 arzobispos, entre ellos Alfonso Cortés Contreras, de la Arquidiócesis de León.
“¡Nadie es inútil en la Iglesia: todos somos necesarios para construir este templo!”, dijo en su mensaje el Papa Francisco.
Algunos feligreses lloraban de emoción, otros simplemente coreaban a gritos: “¡Franchesco!”.
“Si alguno os dice, vete a casa, eres inútil, no es verdad. Somos todos iguales ante los ojos del Señor”, dijo el Papa a las decenas de miles de fieles que soportaron una elevada temperatura en la Plaza de San Pedro.
Su Santidad aseguró que es un fiel como cualquier otro:
“Sí, soy como uno de ustedes, todos somos iguales, todos somos hermanos!”, dijo el Papa.
“Que el Señor nos conceda su gracia, su fuerza, para que podamos estar profundamente unidos a Cristo, piedra angular, el pilar, piedra de apoyo de nuestra vida y de toda la vida de la Iglesia. Oremos para que, animados por su Espíritu, seamos siempre piedras vivas de su Iglesia”, subrayó al final, en medio de gran ovación.
Entusiasmadas lo escuchaban las argentinas Andrea Serrano y Betina Gil, quienes llevaban puesta la camiseta de la Selección de su país y en el reverso la leyenda: “Somos del último rincón del mundo”, en recuerdo de cuando Francisco, tras su elección, bromeó con los cardenales al decirles que habían ido hasta el último rincón del mundo para conseguir un Papa.
“Hemos gastado todos nuestros ahorros para venir desde Argentina a visitar al Papa. Es todo un orgullo para América”, dijo emocionada Andrea.
En esta audiencia pública el Papa recibió y dio la bendición a un grupo de jóvenes recién casados de diversas nacionalidades, emocionados hasta las lágrimas.
También bendijo algunos cuadros con la imagen de la Virgen María,  entre ellos uno que llevaron del Obispado de Caltagirone, en Sicilia.
Su Obispo, monseñor Calogero Peri, se acercó a la valla para decir a los fieles que estuvo unos segundos con el Papa y lo invitó a visitar Sicilia.
Aseguró que Francisco mostró su interés: “Les tengo una buena noticia, el Papa podría visitarnos”.
Luego de la ceremonia, donde leyó la Liturgia, el Papa se acercó a saludar a peregrinos que estaban en la zona de honor, y a algunos cardenales.
Luego de dos horas y media, cuando todo mundo pensaba que acudiría a saludar a algunos fieles en sillas de ruedas que lo esperaban pacientemente para recibir la bendición, llegó el papamóvil y transportó al Pontífice, que pasó entre aclamaciones y bendiciones a los presentes.
El Papa se mostraba fatigado, pero no dejaba de sonreír.
En su presencia, se entiende por qué ha cautivado a propios y extraños.

Solicita a cristianos compartir la alegría

“¿Somos piedras vivas, o somos, por así decirlo, piedras cansadas, aburridas, indiferentes?”, cuestionó ayer el Papa Francisco a los fieles durante su mensaje, ante la sorpresa de todos.
El Papa añadió que “Cristo es el templo viviente del Padre y Cristo mismo edifica su casa espiritual”.
“Nosotros somos las piedras vivas del edificio de Dios, profundamente unidas a Cristo, que es la roca de apoyo, y el apoyo entre nosotros, ¿no? ¿Y qué significa esto? Que el templo somos nosotros, la Iglesia, pero nosotros vivos, nosotros somos Iglesia, somos el templo vivo, y cuando estamos juntos está el Espíritu Santo que nos ayuda a crecer como Iglesia. No estamos aislados, somos el pueblo de Dios, y ésta es la Iglesia: Pueblo de Dios”, dijo en su mensaje, dado a conocer por Radio Vaticano  traducido al español.
“¡Nadie es inútil en la Iglesia! Y si alguien, por casualidad, dice, cualquiera de ustedes: ‘Ve a casa, tú eres un inútil’ ¡Eso no es verdad! ¡Nadie es inútil en la Iglesia: todos somos necesarios para construir este templo! Nadie es secundario. Ah, yo soy el más importante en la Iglesia!”: ¡no! ¡Todos somos iguales ante los ojos de Dios, todos, todos!, dijo Su Santidad.
Y añadió:
“Pero alguno de ustedes puede decir: ‘Pero, mire, señor Papa, usted no es igual a nosotros’. Sí, soy como uno de ustedes, todos somos iguales, todos somos hermanos! Nadie es anónimo: todos formamos parte y construimos la Iglesia”.
“Me gustaría que nos preguntáramos: ¿cómo vivimos nuestro ser Iglesia? ¿Somos piedras vivas, o somos, por así decirlo, piedras cansadas, aburridas, indiferentes? Han visto qué feo es un cristiano cansado, triste, indiferente. ¡Es feo! Un cristiano así no va. El cristiano debe ser vivo, alegre de ser cristiano, debe vivir esta belleza de hacer el Pueblo de Dios que es la Iglesia. ¿Nos abrimos al Espíritu Santo para ser parte activa en nuestras comunidades, o nos cerramos en nosotros mismos, diciendo: ‘Tengo muchas cosas que hacer, no es mi tarea hacer esto o aquello’? ¡No nos cerremos en nosotros mismos!, dijo en su mensaje.

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