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Épica alemana

Bayern Munich perdió dos finales en tres años, pero por fin tiene revancha, al vencer al Borussia

Escrito en Opinión el

Final alemana, final de desarrollo épico y final legendario.
Es el minuto 88. Bayern Munich y Borussia Dortmund empatan a uno en la definición de la Champions League, el torneo de clubes más importante del mundo.
Arjen Robben, dueño de una técnica perfecta y un disparo endemoniado, trata de borrar sus finales perdidas. Hace dos años, con Holanda, perdió el título del Mundial ante España. En 2011, con el mismo Bayern, cayó ante el Inter en la Champions y en 2012, la “Orejona” se le volvió a escapar, esa vez a favor del Chelsea.
Pero el futbol no ahorca. Le permite a Robben ponerse a mano, aunque claro, él pone la garra que obligaba una final de este calibre, tan intensa, tan pareja, tan final.
Quedan dos minutos y huele a tiempo extra. Pero Robben toma un balón en el corazón del área. Apenas mira al arquero y dispara suave, lento. El portero sufre. Es un gol tan lento como una certera puñalada, tan esperado por Robben que sus lágrimas sólo tardan un segundo tras el silbatazo final.
El futbol no le debe más a este holandés. Los aficionados no pueden pedirle más a esta pasión llamada futbol.

››  Escuchar el pitido y ganar la Champions es lo último que faltaba a muchos de nosotros. Era nuestras tercera Final y no queríamos quedarnos con etiqueta de perdedores.‹‹
Arjen Robben, medio del Bayern

1974 El año en que el Bayern ganó su primera Copa de Europa. Ahora suma cinco.

8.0 La calificación que le dieron a Robben, nombrado el Mejor Jugador de la Final.

Robben escribe la épica

›› Nada más emocionante que la historia de un héroe humillado y luego encumbrado por su talento y perseverancia. En este guión, Arjen empuja al Bayern y gana, por fin, la Champions, ante un valiente Borussia en la catedral del futbol mundial

Por fin, Arjen Robben. Empezó la temporada de reserva de Kroos. Apartado por un entrenador que ya no creía en él. Toda una vida siendo segundo, fallando las ocasiones más clamorosas, abusando de un individualismo exasperante para sus compañeros y técnicos. Hasta ayer.
A los 29 años, el futbol se puso de su parte: Robben sirvió el primer gol a Mandzukic y marcó el segundo en una sutileza. El Bayern conquista así su quinta Copa de Europa con una memorable actuación del mediocampista holandés, el mismo que en 2010 perdió la Final de la Copa Mundial ante España y en 2012 cayó en la definición de la Champions con el propio Bayern, a manos del Chelsea.
Además, Jupp Jeynckes, el entrenador del Bayern, despide en todo lo alto una maravillosa carrera de 50 años. Tiene un equipo compacto por todos lados al que sólo Pep Guardiola, su seguro sucesor, sería capaz de mejorar.
El Borussia fue un finalista admirable. Los 40,000 aficionados del Dortmund tributaron a sus jugadores un aplauso prolongado y emocionante en Wembley. Este es un equipo valiente, honesto y apasionado. Merece todo el respeto y la consideración del mundo del futbol.
En general, la final fue una belleza de principio a fin, sólo estropeada por algunas decisiones políticas del árbitro italiano Rizzoli, que favorecieron al Bayern.
Futbol de lujo, sin festejos
Pasó en suspiro la primera parte, llena de drama, ocasiones y errores. Puro futbol. Hasta Javi Martínez y Lewandowski, que pugnaban por el balón, se sorprendieron cuando el árbitro señaló el final. “¿Ya?”, parecieron preguntar.
Había sido un despliegue muy valiente del Borussia en la primera media hora y una reacción poderosa del Bayern en el último cuarto. Sólo la sobriedad de los porteros evitó una ensalada de goles.
Fue un homenaje a Weidenfeller, el cancerbero del Borussia, perfecto hasta cuando atajó con la cara, de pie en la entrada del área, ante un zurdazo de Robben.
Como reminiscencias de la final de Sudáfrica 2010, el extremo holandés se quedó tres veces delante del portero. Las tres los falló. Todo ante la ira de Müller, que le recriminó a gritos por qué no le había devuelto un de los pases.
Para entonces, cerca del minuto 30, los aplausos de Klopp se escuchaban desde la tribuna. El lenguaje corporal de Heynckes era todo lo contrario. El conjunto bávaro no podía creerlo: en su campo, sin poder salir más que a pelotazos.
La velocidad de movimientos de Marco Reus, propia de un mago, resultó indetectable para el Bayern, al que le urgía la intensidad de un Javi Martínez que, como todo su cuadro, subió poco a poco su ritmo.
Eso sí, siempre el Borussia fue fiel a sí mismo: veloz y osado hasta el final. Y mostró cómo Lewandowski podía marcharse de Dante cuando dijera ‘ahora’. Un estupendo Neuer se interpuso en su camino.
Juego “roto” a goles
En la segunda parte, cada equipo atacaba hacia donde estaba su hinchada. Javi Martínez volvió a cortar un par de contras muy afiladas. Y dio la opción a la alianza entre Ribéry y Robben antes de que el holandés esta vez centrara en lugar de chutar. Le esperaba la caña de Mandzukic, que marcó para abrir el marcador.
Con el puyazo, Jurgen Klopp sacó a sus chicos del estupor y los mandó al ataque. Reus encaró a Dante y este se lo llevó por delante con una patada al estómago. El árbitro italiano Rizzoli, muy cerca, pitó el penalti y se metió la mano en el bolsillo.
Pero frenó en seco: se dio cuenta de que Dante ya estaba amonestado. No quiso expulsarlo. Gündogan marcó raso y ajustado. Y Mario Götze, la estrella del Borussia, contratado por el Bayern y lesionado desde hace semanas, lo festejó como un borusser más.
Pero con el empate, el Borussia empezó a separar sus líneas y a defender peor. El lateral izquierdo Schmelzer era un punto débil. En realidad, toda su banda izquierda, junto a Grosskreutz: cuánto echó de menos Klopp a Götze.
Subotic sacó bajo su propio arco un disparo de Müller ya con Weidenfeller batido. Klopp lo celebró como un gol y a partir de ahí, el partido se rompió.
Estaba prohibido pestañear. Y expulsar a alguien. Rizzoli también le perdonó la roja a Lewandowski por pisotear a Boateng pero aún así el Bayern llegó más entero al final.
En esos últimos minutos, en el ‘88 para se exactos encontró una brecha en el centro de la zaga del Dortmund. Ribéry taconeó atrás, entró Robben como un meteoro, regateó a Hummels y cacheteó muy suave y cruzada la pelota para descolocar a Weidenfeller.
Por fin él fue el héroe y no el impreciso villano. Gloria al Bayern, gloria a Robben y, sobre todo, durante 90 y tantos minutos, gloria al futbol.

Heinckes se va en la gloria

El prudente y reservado Jupp Henyckes se desmelenó por esta única y excepcional ocasión: acudió a la tribuna de Wembley donde estaban sus aficionados, para agachar y levantar la Copa repetidas veces, en una especie de juego infantil que despedía 50 años de profesión.
Sólo los elegidos pueden marcharse en la cima. Y Heynckes es uno de ellos. Lo fue todo como jugador y ha marcado una época como entrenador, entrando al grupo de quienes han conquistado la Copa de Europa con dos clubes: Ernst Happel, Otmar Hitzfeld y José Mourinho.
Apenas dejó traslucir sus emociones y en ningún momento nombró a su sucesor, Pep Guardiola, a pesar de las preguntas.
Prefirió recordar al equipo actualque suma la Bundesliga y la Champions en este año, además de que jugarán la Final de la Copa Alemana. 

Arjen lo fabrica

Robben se combina con Ribery en la banda izquierda; llega a línea de fondo y centra apretado, sobre la salida del portero y ante una barrida; el balón le llega a Mandzukic, quien empuja.

Inocente penal

Patada de Dante a Reus en el área. Claro penal que se marca y Gundogan cobra suave, a la izquierda del arquero, Neuer, quien se tira al poste contrario, permitiendo el empate.

Suerte y genialidad

A dos minutos del final, Robben taladra el centro del área, recibe un taconazo de Ribbery, se quita una barrida y define con un toque suave hacia la derecha, sobre la salida del arquero.

››  En el último minuto, me anticipé bien, para anotar. Había fallado dos veces, pero pude mantener la calma. Esto es algo inmenso. Aún no lo asimilo, son tantas emociones.‹‹
Arjen Robben, medio del Bayern

››  En dos años, en Berlín, a ver si recomponemos el equipo y volvemos. Ahora tenemos vacaciones y después debemos fichar jugadores, porque nos quieren quitar a algunos de los nuestros.‹‹
Jurgen Klopp, DT del Borussia

››  Mi sucesor (Pep Guardiola) se encontrará un equipo que funciona muy bien con dos atacantes más: Götze y Lewandowski, que están pululando.‹‹
Jupp Heynckes, DT del Bayern

Campeones Recientes

Año Equipo
1998 Real Madrid
1999 Manchester U.
2000 Real Madrid
2001 Bayern Munich
2002 Real Madrid
2003 Milán
2004 Porto
2005 Liverpool
2006 Barcelona
2007 Milán
2008 Manchester U.
2009 Barcelona
2010 Inter de Milán
2011 Barcelona
2012 Chelsea

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