María Guadalupe Silva Gómez es maestra de educación especial de primaria desde hace 25 años.
La ‘Maestra Lupita’, como es conocida entre sus compañeros de trabajo, padres de familia y especialmente por sus alumnos, recuerda que cuando finalizó sus estudios de secundaria, decidió estudiar para ser maestra, y después realizó unos trámites para dar clases de educación especial.
María Guadalupe ha impartido apoyo en diferentes instituciones educativos a los niños de primaria que tienen diferentes necesidades para aprender, ahora está colaborando en la escuela Hermenegildo Galeana por las mañanas, ubicada en el Pueblo de Moya, y en la tarde en la primaria José María Morelos y Pavón ubicada en Lomas del Valle, donde atiende alrededor de 40 alumnos por escuelas.
La Maestra Lupita menciona que lo que más le gusta de su trabajo es que cada día pasa algo diferente con los niños, ya que cada uno tiene una necesidad educativa especial diferente o alguna discapacidad, por lo que con cada niño se debe de llevar un proceso específico, además percibe si sus alumnos están avanzando o en retroceso, cuida además a los que toman algún medicamento, y, según dijo, también es muy importante el apoyo brindado por los padre de familia.
La Maestra Lupita, con una sonrisa, mencionó que una de las satisfacciones personales más gratificantes de su trabajo es encontrarse a sus alumnos después de años y ver que se han superado, estos detalles son los que le hacen darse cuenta de que su trabajo está teniendo frutos, y que todo lo que enseñó está dando buenos resultados.
“Aquí en Lomas tenemos un niño con trastorno de ‘déficit de atención’, fue atendido desde que cursó el segundo grado de primaria y año con año se le estuvo empujando, los papás echándole muchas ganas, los doctores, los neurólogos, con todo, y resulta que ahorita está cursando el sexto grado de primaria, y su promedio es de 8.5, y ya no ocupa atención especial”,
Para muchas personas el trabajo que realiza la Maestra Lupita es difícil, a lo que ella responde que es su diario vivir y que lo disfruta con sus alumnos, por lo que nunca lo cambiaría.
Felicidades, en su día.