Silvia Rivera Molina, de 45 años y mamá de seis hijos, tiene que conseguir agua para las necesidades más indispensables en su hogar, a más de cinco kilómetros de distancia.
A no más de 100 metros de la casa de Silvia, en la calle El Recuerdo No. 113 de la colonia Barranca de Venaderos, se localiza el kinder “Narciso Bassols”, donde tres maestras y alrededor de 80 pequeños también padecen la carencia de agua potable.
“Los niños no se pueden lavar ni las manos porque el agua del aljibe está muy sucia y tenemos miedo que se enfermen. No hay drenaje. Había sólo un sanitario con fosa séptica que se clausuró cuando vino el Alcalde, pues al verlo dijo que era una asquerosidad y mandó dos sanitarios móviles”, dijo una de las trabajadoras sociales.
Los niños se conforman con jugar en la tierra y a la hora que el sol es más intenso se refugian en la sombra de un pequeño árbol, porque en los salones el calor resulta insoportable.
Las trabajadoras sociales piden a los padres de familia que lleven a los niños con una botella de agua para beber. 
La pipa del Municipio sólo les lleva agua cada seis meses y deben cuidarla como si fuera oro.
Silvia Rivera paga 100 pesos cada semana para que le surtan agua en barriles. La pipa sube a la colonia cada semana, y a veces hasta cada 15 días.
“Cuando se nos termina el agua tenemos que ir a una toma pública que hay en la colonia Vibar. El agua es sólo para las necesidades del hogar, pues sabemos que no es potable, ya que trae una gran cantidad de cloro. Para tomar agua es de garrafón o hervida”, añadió.
Dijo que cada que es tiempo de campañas los candidatos los visitan y les prometen llevarles agua y drenaje con tal de conseguir sus votos, pero que luego jamás regresan ni les cumplen. 
A no más de 300 metros de la casa de Silvia están seis grandes ductos que serán parte del acueducto del Zapotillo.
Desde lo alto de Barranca de Venaderos se puede ver en la colonia León II dos grandes depósitos de SAPAL que servirán para recibir el agua de la presa El Zapotillo en 2018, pero ahora están vacíos.
“Nuestras única esperanza de contar con agua potable es que se construya el acueducto del Zapotillo, pero los tubos ahí están desde hace cuatro meses abandonados. No se los han robado porque están muy pesados”, señaló Evaristo Morales, habitante de Valle Imperial.

Por José Trinidad Méndez Valadez

Escrito en León el 14/4/2016 · 00:00